
Expertos en las palabras

Es muy importante que nos mantengamos unidos, es una de las características principales de nuestro ministerio, que seamos un cuerpo unido, que empaticemos con la necesidad del otro, que podamos entender que esto es algo mucho más grande que cada uno de nosotros de manera individual, se trata del cuerpo de Cristo y de lo que Dios nos llama a hacer en este tiempo.
Es fundamental también recordar, en este sentido, que la visión de nuestra iglesia es ganar Paraguay y las naciones para Cristo, en unidad y santidad, haciendo discípulos.
Y, para lograr este cometido, necesitamos ser entendidos en su Palabra. Por eso, te quiero hablar de una nueva característica que tiene que ser fuerte en este ministerio, y es la de ser ‘’expertos en la Palabra de Dios”.
Puede apasionarte cantar, tocar instrumentos, hacer amigos, etc. pero no podés vivir, y a veces hasta estar años dentro del ministerio y no dominar la Palabra, y solamente la vas a dominar, siendo muy intencional en escudriñarla.
Y es que, cuando estamos alimentados y nutridos de la Palabra de Dios, vamos a poder crecer como ministerio y vos como persona también, no podrá venir cualquier doctrina a seducirte o desviarte, porque conocerla trae sabiduría y contentamiento a tu vida.
Necesitamos estar conectados a la Palabra, para saber lo que Dios nos llamó a hacer, para entender que lo que vaya a pasar para bien o mal Él estará con nosotros, estar convencidos de que El obra en nuestra vida, y que él tiene el control cuando le encomendamos nuestro camino.
Así como dice el Salmos 37:5 Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.
La Palabra como alimento
En 2 Timoteo 2:15 encontramos: Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
Es fundamental que como ministerio dominemos la Palabra, debes comprender que vos no sos solo lo que Dios te dio, como los dones que él te entregó. Eso es muy hermoso, pero no tiene que ver con tu carácter, y este necesita ser forjado para que se mantenga y te mantenga en el tiempo, y que no seas fluctuante en tu estado de ánimo. Por eso es que necesitás del alimento diario de la Palabra.
Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; 1 Timoteo 4:6-7
La palabra es alimento, y no podremos vencer al pecado, si estamos raquíticos de la Palabra. Si soñás con componer canciones que levanten, y se canten en todo el mundo, no pretendas que sea así si no estás leyendo la Palabra, esto realmente es un asunto de vida o muerte.
Procura con diligencia, se refiere a hacer un esfuerzo constante y de forma diligente, habla de una orden, no es una sugerencia, es un imperativo de que seas constante con esa orden, que procures presentarte delante de Dios aprobado.
¡No te vuelvas ciego!
Cuando no manejamos la Palabra de Dios, nos volvemos ciegos a muchas situaciones que en la Palabra misma se nos explica cómo salir. Mi pueblo perece por falta de conocimiento Oseas 4:6
El hecho de que desconozcamos la Palabra nos mata, y nos desgasta ministerialmente, porque no tenemos claridad de a quien le estamos adorando. Amás la adoración pero no conocés al ser adorado.
Tenemos que entender lo privilegiados que somos al contar con toda la revelación que se encuentra en nuestras biblias, que incluso suele estar guardada y llena de polvo en casa. Y es que, cuando conocés la Palabra de Dios, podes usarla de manera correcta también.
Si no la conocés pueden pasarte tres cosas:
1. Sincretismo: Es cuando hacemos una especie de ensalada con la Palabra, lo que les pasó a los samaritanos, que mezclaron todas las creencias de su cultura con la Palabra de Dios.
No seas una persona que se forma solamente de lo que dicen o escucha de otros, eso por supuesto es muy importante también, pero tenés que estudiar la Palabra personalmente.
2. Relativismo: Es cuando haces liviana y aguada la Palabra de Dios. Debés comprenderla y darle credibilidad.
3. Pragmatismo: Es cuando no conoces la Palabra, (los medios justifican el fin) ya no sos celoso de tu santidad o empezás a hacer cosas que la Palabra dice que está mal, pero el resultado temporal es bueno, entonces por eso dejas de lado la Palabra.
No podemos relativizar la Palabra de vida, mezclarla, ni ponerla en segundo plano con el objetivo de sonar, cantar o tocar bien y dejarla de lado. Tenemos que aprender a usarla bien.
Te desafío a que permitas que cada día la Palabra de Dios sea un espejo en tu vida, leela, memorizala y que ella te muestre lo que debes cambiar, seas moldeado y cambiado para parecerte más a Jesús.
Si sos un adorador que busca trastornar y marcar la diferencia en esta generación, dale la prioridad número uno a Dios y convertite en un experto de su Palabra y sé sistematico en la lectura y conocimiento de las escrituras.