
¿Eres tú realmente? / por Adolfo Torres

Mi carácter determina quién soy
«La reputación es para la gente, la integridad es delante del Señor».
«El carácter es lo que somos en medio de la oscuridad, cuando nadie nos está mirando». (D. L. Moody)
«Así como el rostro se refleja en el agua, el corazón refleja a la persona tal como es.»
(Proverbios 27:19 NTV)
Carácter: El diccionario de la Real Academia Española lo define como «el conjunto de cualidades o circunstancias propias de una cosa, de una persona o de una colectividad, que “las distingue, por su modo de ser y obrar, de las demás».
* Por todo esto cuando hablamos de que el individuo necesita desarrollar su carácter, nos estamos refiriendo a que»él necesita desarrollar la santidad en aquellas cosas que representan lo que él es».
* Esto porque «la manera en que las personas nos perciben, no siempre representa lo que en verdad somos».
Dos cosas muy importantes a recordar en cuanto a esto:
1. Lo que eres determina lo que piensas.
* «Lo que pensamos, bueno o malo, pecaminoso o santo, revela los que somos. Por eso si quieres saber quién sos en realidad, no mires tanto lo que haces; más bien medita en las cosas en que pensas a diario».
* Las formas de pensar revelan mucho acerca de quiénes somos realmente y de que hay en nuestro interior.
«Los que están dominados por la naturaleza pecaminosa piensan en cosas pecaminosas, pero los que son controlados por el Espíritu Santo piensan en las cosas que agradan al Espíritu. Por lo tanto, permitir que la naturaleza pecaminosa les controle la mente lleva a la muerte. Pero permitir que el Espíritu les controle la mente lleva a la vida y a la paz.»
(Romanos 8:5-6 NTV)
* Entonces «de forma práctica si queremos saber cómo somos, sólo tenemos que analizar qué cosas han ocupado nuestra mente en los últimos días, o en la última semana o mes, y eso nos dará una idea de quiénes somos en nuestro interior».
«En fin, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, noble, correcto, puro, hermoso y admirable. También piensen en lo que tiene alguna virtud, en lo que es digno de reconocimiento. Mantengan su mente ocupada en eso.»
(Filipenses 4:8 PDT)
* La realidad es que resulta muy difícil meditar en cosas buenas, en las que El Señor nos enseña pensar y meditar cuando lo que pensamos en nuestro interior no ha sido cambiado.
* La única forma en que este tipo de pensamientos fluirán de manera natural de una persona es si su mente y corazón, aquello que representa la esencia de su ser, han sido renovados.
* Por eso el Apóstol Pablo guiado por el Espíritu Santo recomendaba a la iglesia lo siguiente:
«No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.»
(Romanos 12:2 NTV)
2. Cómo pensamos actuamos.
* Las personas regularmente convierten en vivencia su manera de pensar.
«Con la autoridad del Señor digo lo siguiente: ya no vivan como los que no conocen a Dios, porque ellos están irremediablemente confundidos. Tienen la mente llena de oscuridad; vagan lejos de la vida que Dios ofrece, porque cerraron la mente y endurecieron el corazón hacia él.»
(Efesios 4:17-18 NTV)
* Entonces, si aquello que somos determina la forma en que pensamos, y al final la manera como pensamos va a influir en nuestro accionar, esto implica entonces que para poder cambiar lo que somos necesitamos primero cambiar la forma en que pensamos y actuamos.
«No obstante, sus malas intenciones se descubrirán cuando la luz las ilumine, porque la luz hace todo visible. Por eso se dice: «Despiértate, tú que duermes; levántate de los muertos, y Cristo te dará luz». Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos. No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan.»
(Efesios 5:13-17 NTV)
* Comúnmente lo que tratamos de hacer erróneamente es tratar de cambiar nuestra manera de actuar, en vez de lo que somos, nuestro verdadero «yo».
* Nuestro mayor problema radica en que «gastamos una enorme cantidad de energía tratando de controlar nuestras acciones sin cambiar el corazón, sin renovar nuestra manera de pensar, cuando es allí en realidad donde se encuentra la raíz del problema».
* El salmista lo entendió por eso oraba:
«SEÑOR, examina mis sentimientos y pon a prueba mis pensamientos más profundos a fin de quitar la impureza de mi corazón.»
(Salmos 26:2 PDT)
* La Biblia dice: «desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes.»
(Efesios 4:22-23 NTV)
* El desastre en la forma de actuar que muchas veces vemos en la vida del creyente se debe a que no está pensando bíblicamente. Pero si Dios cambia lo que somos, nuestra mente será renovada y nuestra forma de pensar será diferente. Entonces, cuando pensemos correctamente, obraremos correctamente, y es justo allí adonde Dios quiere llevarnos.
Yo haré que ellos cambien su manera de pensar y su manera de adorarme. Haré que dejen de ser tercos y testarudos, y los haré leales y obedientes. Entonces obedecerán mis mandamientos y vivirán como les he ordenado que vivan. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.»
(Ezequiel 11:19-20 TLA)
* El resultado de que permitamos al Espíritu Santo transformar nuestros pensamientos es que naturalmente empezaremos a querer ser, pensar o actuar conforme a lo que Dios nos enseña en su palabra.
«En esto consiste el amor a Dios: en que obedezcamos sus mandamientos. Y estos no son difíciles de cumplir,»
(1 Juan 5:3 NVI)
«Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.»
(Isaías 26:3 RVR1960)
Conclusión
* Una pregunta importante que debemos hacernos con referencia al carácter es: ¿podemos determinar algún momento cuando de manera intencional decidimos formar nuestro carácter?.
* A decir verdad, si se realizara una encuesta entre cristianos, la gran pregunta sería ¿cuántos de ellos han hecho una decisión intencional y han tomado las medidas necesarias para formar su carácter?.
Meditémoslo!