LLEVAR, ENTRAR Y DISFRUTAR
¿Qué es lo primero que hay en tu corazón cuando sos convocado para ministrar?
¿Quién te llamo para estar en el ministerio?
Si es Dios quién te llamo, entonces. ¿Porqué buscamos aprobación de los demas?
Juan 4:23-24
Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.
“Dios busca al adorador, no busca solo adoración”
Va más allá de lo que hacemos en el altar. Porque no sos un ministro solo de fines de semana, lo sos todo el tiempo.
Quiero hablarte de tres cosas que necesitamos vencer como ministros e hijos de Dios, para poder, llevar, entrar y disfrutar de la presencia de Dios.
Porque a veces frenamos esta presencia: Nos cansamos, nos desilusionamos, nos enoja que no nos convoquen o que solo ministremos en “pequeños” cultos, y nos frustramos, y son estas cosas las que nos frenan de disfrutar de su presencia. Y tenemos la manía de culpar a los demás, a las circunstancias o a lo que nos falta, “no tengo auto”, “no tengo ropa”, “estoy enojado/a con alguien”, son impedimentos.
No estamos en el misterio para tener la aprobación de alguien, sino para conducir a la iglesia a un lugar que muchas veces no todos conocen y nosotros debemos de conocer mejor que nadie.
Aveces hay cosas que no nos permiten traer su presencia, entrar a su presencia, y disfrutar de su presencia.
Efesios 6:12
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Necesitamos vencer 3 cosas:
1- El miedo.
Miedo de cantar en publico, de hablar de Jesús, miedo de encarar de frente el propósito de Dios sobre tu vida.
«Vivimos con miedo de lo que las personas van a hablar.”
El miedo tiene un gran compañero, y es la necesidad de aprobación.
«Quien vive por la aprobación de los hombres no será aprobado por Dios,
pero quien busca la aprobación de Dios no depende de la aprobación de los hombres”
Isaías 41:10
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
El miedo es compañero de la necesidad de aprobación y tienen el mismo destino: El victimismo.
¡El victimismo esta trabando tu ministerio, esta trabando lo que Dios tiene para tu vida!
2- El orgullo.
Somos muy susceptibles al orgullo.
Nuestro mayor ejemplo de la biblia: David.
«El ministro de alabanza mas famoso de la época y su mayor virtud: Corazón enseñable»
Hay que vencer el orgullo de saber quiénes somos y dejarnos ser enseñados por Dios, a veces Dios nos corrige a través de un amigo, un líder o un pastor, y hay ciertas actitudes que Dios quiere mejorar en tu vida, pero el orgullo no le permite hacerlo.
Dios quiere que sientas su presencia y que ante cada convocatoria o llamado para servirle lo hagas como si fuera el primer día.
Necesitás entender que sos un transporte de la presencia de Dios, y si no hay vidas cambiadas, es porque no hay presencia.
“Tu talento puede llevarme a muchos lugares, pero solo tu humildad puede mantenerme ahí”
A veces, admiramos talentos, pero eso no cambia nuestras vidas, la presencia de Dios sí lo hace.
Somos instrumentos en las manos de Dios y Él cuenta contigo, pero a veces lo olvidamos porque nos concentramos en nuestras propias cosas, nuestras propias bendiciones.
3- La fama.
Hay muchos artistas que piden escenario, agenda, dinero y reproducciones en youtube, y yo me pregunto: ¿para qué?.
Trabajo en redes sociales, y me suelo preguntar eso, pero ahora te traslado la pregunta a vos ¿Por qué necesitás que tu cuenta de youtube o instagram crezcan? ¿Para alcanzar más vidas? ¿Para alcanzar recursos, bendiciones o fama?.
Debemos preguntarnos todo el tiempo por qué hacemos lo que hacemos, y es que, la fama es algo que cuando te toca puede desviarte y desenfocarte, y es ahí donde debemos recordar por qué hacemos lo que hacemos, y esto tiene que ver con vivir un propósito.
Hay gente que se mueve en base a resultados, que comenzó algo que Dios le dijo, pero como los resultados no fueron favorables, abandonaron, porque su motivación era la de ser popular, el popular de la iglesia, del barrio… pero cuando haces algo por propósito, una sola persona es suficiente que se convierta a Cristo, para que el propósito sea logrado, y esa es la esencia del verdadero adorador, alguien que disfruta de la presencia de Dios.
¿Estás buscando la atención de la gente o la atención de Dios?
Mateo 6:6
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
¿Qué te dió Dios en tus manos?
Éxodo 4:2-4
“Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. El le dijo: Echala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella. Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano.
Esta vara representa tres cosas:
1. La identidad que tenía Moisés, el pastor de ovejas que él era.
- Su rentabilidad, su oficio, su trabajo, el oficio que desarrollás.
- Representa tu influencia y Moisés era un líder de mucha influencia y esa vara lo representaba.
«Lo que tenes en tu mano, siempre que este ahí va a ser solo un instrumento en tus manos, va a representar tu identidad, trabajo e influencia, pero cuando lanzas delante de Dios, eso se va a volver vida»
¿Qué haces con tu identidad?, ¿con tu trabajo?, ¿con tu influencia?
Dios te dio tres cosas y estas tres cosas son de tu responsabilidad, que la vas a usar cuando venzas las batallas de tu mente (miedo, orgullo y fama) y el desea que haiga multiplicación y vida en lo que haces.
NO NACIMOS PARA SER FAMOSOS; NACIMOS PARA TENER UN RELACIONAMIENTO
Salmos 84:1-2
¡Cuán hermosas son tus moradas, Señor Todopoderoso! Anhelo con el alma los atrios del Señor; casi agonizo por estar en ellos. Con el corazón, con todo el cuerpo, canto alegre al Dios de la vida.